«Siempre nos habían dicho `no, es que todos sois iguales… para mi todos sois iguales´, y es la mentira mayor que existe en el deporte. No todos son iguales, ni todos tienen que ser tratados igual».
Estas son palabras de Josep Guardiola en una entrevista que le realizaron hace algún tiempo. Y me parece una de las frases más brillantes, menos hipócrita, más categórica y descriptiva de una forma de liderar a un grupo o equipo de trabajo.
No todo el mundo debe ser tratado por igual. Punto.
Esta frase tranquilamente se puede trasladar a una empresa. Cualquier empresa.
Y si sustituimos en ella la palabra «deporte» por «negocios» también seguirá teniendo el mismo sentido. Y me seguirá pareciendo brillante y categórica.
Esto no significa que no todo el mundo deba tener las mismas posibilidades ni que alguien deba tener mayor privilegio que otro a la hora de trabajar.
Es así.
En una empresa no todo el mundo puede ser tratado de la misma forma. Hay quienes en una empresa deben ser tratados en forma especial. En realidad todo el mundo debe ser tratado en forma especial y particular.
Somos individuos que tenemos distintas procedencias, formas de pensar, sensibilidades, costumbres y problemas y cada uno de nosotros es un mundo. Esto no significa, reitero, tener mayores privilegios en cuestiones comunes por sobre otra persona. Pero cada uno de nosotros es distintos.
Hay gente a la cual hay que estarle encima todo el tiempo, incentivarla, mimarla, alentarla, etc., etc., para que generen resultados. Hay otras en cambio que mientras menos se les esté encima rinden mejor.
Cuántas veces hemos escuchado, en especial a aquellos que seguimos el fútbol, que a Messi no hay que acosarlo, cargosearlo…simplemente dejarlo fluir. Que ni siquiera hay que sacarlo del campo de juego para los aplausos así haya hecho cinco goles…
El tipo rinde…
Por el contrario, cuantas veces pasa en las empresas que hay gente a la cual hay que estar incentivando todo el tiempo, cuanta gente hay que si no se le está encima no rinden?
Esto no significa que el gerente general tengo que estar haciendo más de psicólogo que de hombre de negocios pero significa que ese sistema llamado «empresa» tenga un responsable que se ocupe de esto.
La gente rinde más cuando se sabe integrada a la empresa desde el punto de vista humano. Cuando se la considera, sea un simple operario, una telefonista, o un director.
Cada uno debe ser tratado en forma especial dice Guardiola. Y estoy absolutamente convencido que debe ser así.
La persona que es considerada como tal atenderá mejor el teléfono, será mejor secretaria, será mejor director etc., simplemente porque se siente parte de algo más grande y fundamentalmente…porque se siente importante más allá de su rol.
Juguemos a ser Guardiola por un momento y veamos cómo nos va.
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